María Luisa Forniés: “La distancia física no implica distancia social”

Los mayores de las residencias de Galapagar reciben más de 170 cartas la víspera de Reyes

Patricia Segura
3 min readJan 18, 2021

Las felicitaciones de Navidad que se han mandado este año a los residentes la víspera de Reyes “han sido más necesarias que nunca”, afirma María Luisa. Gracias a la iniciativa lanzada por la organización, “Otros Reyes esperan tu carta”, los mayores de las residencias de Galapagar (El Amanecer, Mi Casita, Santa Gema y Valdesalud) recibieron el 5 de enero más de 170 cartas escritas por personas de toda España, usuarios de la Biblioteca Ricardo León y niños de los colegios de Galapagar.

Los alumnos de primaria del colegio público La Navata escribieron decenas de cartas para los ancianos. Además, los más pequeños elaboraron postales con purpurina y mensajes muy emotivos (“Ancianitos, que todavía seguís en pie, no estáis solos”). María Luisa se encargó de que todas las cartas llegaran a su destino, convirtiéndose en paje de los Reyes Magos por un día. “Las residencias nos han facilitado los nombres y las edades de las personas que querían que les escribiéramos. Las cartas han sido personalizadas. Algunos de ellos no han podido contener las lágrimas de emoción al recibir las cartas. Para mí, ha sido dar vida a una palabra que es básica: solidaridad”, cuenta María Luisa.

Con un gran compromiso y tenacidad, María Luisa Fornés (66 años, Madrid) apoya a las personas más afectadas por el coronavirus: los mayores. Esta psicóloga gerontóloga fundó la ONG Acervo Intergeneracional en 2007. La asociación nació en el municipio madrileño de Galapagar con el fin de crear vínculos entre personas de diferentes edades. A pesar de las dificultades que implica la actual crisis sanitaria, los voluntarios siguen estando al lado de sus beneficiarios.

La pandemia ha provocado que los mayores institucionalizados pierdan una gran parte de sus relaciones emocionales. La comunicación con el exterior es uno de los desafíos sociales al que se enfrentan a diario. “Se ha perdido una de las actividades más importantes para la estimulación de los residentes: las visitas propias y ajenas”, asegura la especialista en gerontología. A pesar de que la Comunidad de Madrid permitía que los ancianos en centros de mayores salieran durante las fiestas navideñas, muchos de ellos no han podido estar cerca de sus seres queridos. “Si la respiración es el primer cachete que te dan cuando naces, es decir, básico para vivir, la comunicación es básica para vivir a nivel emocional”, explica la psicóloga. Pero, ¿cómo se puede paliar el sentimiento de soledad agravado por la covid-19 de los mayores en las residencias? La respuesta se encuentra en una de las formas de comunicación más antiguas: la epistolar, un texto cuya función principal es la comunicación entre el remitente y el destinatario.

La directora de Acervo asegura que cada vez hay más personas que quieren convertirse en voluntarios: “La gente está muy sensibilizada y desean encontrar cauces de comunicación. Las cartas han sido un medio para crear nuevos flujos de conversación. La distancia física no implica distancia social”. Desde la biblioteca municipal aseguran que los usuarios se han implicado enormemente y muchos de ellos han manifestado su interés en continuar con la correspondencia. El objetivo de la organización es “construir un contrato social intergeneracional, en el que jóvenes y mayores nos comprometemos en retos comunes, aprendiendo y manteniendo un lenguaje basado en la escucha activa”.

La comunicación puede ser cognitiva, emocional y conductual. “Cuando vas a ver un partido de fútbol, te estás comunicando sin palabras con todo el auditorio porque estáis compartiendo una misma vivencia. Cuando vuelves a casa te sientes parte de una masa o un equipo”, explica la psicóloga. María Luisa resume así su experiencia: “Cuando ves que le brillan los ojos, te das cuenta de que es importante y escuchas. Cuando se crea ese vínculo emocional, es magia”.

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